Inversiones en energía solar y almacenamiento: la tecnología individual con la mayor cuota entre las inversiones en energía limpia

Scritto il 16/09/2025
da Redacción

Según el Informe sobre la inversión energética mundial 2025 de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), se prevé que la inversión mundial en energía solar (fotovoltaica a escala industrial + tejados) alcance los 450 000 millones de dólares en 2025, convirtiéndose en la tecnología con mayor cuota entre las inversiones en energía limpia.

 

En el mismo informe, el almacenamiento mediante baterías («battery storage» para el sector eléctrico) se estima en unos 66 000 millones de dólares para 2025. Esta cifra refleja la creciente importancia que los inversores atribuyen a la capacidad de acumular energía, para compensar la intermitencia de las fuentes renovables como la solar y la eólica.

En total, la inversión mundial en energías limpias, nuclear, redes eléctricas, almacenamiento, combustibles de bajas emisiones, eficiencia y electrificación se estima en 2,2 billones de dólares en 2025, mientras que la inversión total en el sector energético (incluidos los combustibles fósiles) debería alcanzar los 3,3 billones de dólares. Fuente: IEA

El almacenamiento se ha vuelto indispensable

La intermitencia: la energía solar y eólica no producen de forma constante, dependen del sol, el viento y las condiciones meteorológicas. Para garantizar la estabilidad de la red (es decir, que la energía esté disponible cuando se necesita), se necesita almacenamiento, buffering. El almacenamiento con baterías permite acumular energía en momentos de excedente para liberarla en momentos de pico de demanda o cuando las energías renovables disminuyen; estabilizar la red eléctrica, evitando apagones o sobrecargas; apoyar la electromovilidad (recarga nocturna, estaciones que pueden absorber/cargar de manera flexible); facilitar la integración de instalaciones solares remotas o distribuidas.

Infraestructuras digitales y sociales: nuevos frentes de inversión sostenible

Además de la energía limpia, datos recientes e informes internacionales señalan:

Redes eléctricas inteligentes (smart grid): para gestionar flujos bidireccionales de energía (incluso la producida por pequeñas instalaciones domésticas), optimizar el consumo y las pérdidas, e integrar fuentes renovables y almacenamiento de manera eficiente. Estas infraestructuras digitales requieren inversiones no solo en hardware (transformadores, sistemas de control, sensores, software), sino también en ciberseguridad, interoperabilidad y gestión de datos.

Data center y edge computing: con la difusión de la digitalización, el IoT y el 5G, crece la demanda de infraestructuras digitales. Si se alimentan con fuentes renovables y se diseñan con criterios de eficiencia energética, estos centros pasan a formar parte de la inversión «sostenible».

Infraestructuras sociales regeneradas con criterios ecológicos: hospitales, escuelas, viviendas asequibles, transporte público urbano. Proyectos internacionales y multilaterales (Banco Mundial, Banco Europeo de Inversiones, etc.) están financiando obras que combinan impactos sociales (acceso, salud, inclusión) y estándares medioambientales (uso eficiente de la energía, materiales de bajo impacto, resiliencia climática).

La energía solar (especialmente en zonas con buena irradiación) y el almacenamiento están ganando competitividad gracias a la escalabilidad, la caída de los costes de los paneles solares y las baterías, y las mejoras tecnológicas: muchos estados y regiones han introducido políticas favorables, incentivos fiscales, subvenciones, tarifas de alimentación y contratos por diferencia. Esto empuja al sector privado a participar en proyectos con un rendimiento seguro. Los fondos, las aseguradoras y los inversores institucionales exigen transparencia, sostenibilidad y resiliencia climática: las infraestructuras limpias se consideran cada vez más un activo estratégico.

Temas para profundizar

Capacidad de la red: las redes eléctricas deben potenciarse y modernizarse (mejoras de la red), de lo contrario se corre el riesgo de no poder absorber todo el nuevo desarrollo de fuentes intermitentes. La AIE señala una brecha en las inversiones en redes en comparación con las inversiones en generación renovable.

Altos costes iniciales/problemas de suministro: las baterías, los componentes solares, los semiconductores y las materias primas críticas (litio, cobalto, níquel) siguen estando sujetos a la volatilidad, a una cadena de suministro frágil y a tensiones geopolíticas.

Política y normativa inciertas: los cambios normativos, los plazos burocráticos, los permisos y los procesos de autorización pueden retrasar los proyectos; cuando no hay claridad sobre los incentivos o las reglas del mercado, el riesgo de la inversión aumenta.

Financiación en áreas emergentes: en muchos países en desarrollo, el capital para infraestructuras sostenibles no siempre está disponible o es muy costoso; se necesita una combinación de inversiones públicas, multilaterales y privadas, garantías e instrumentos de reducción del de-risking.

Estudios académicos

“The Sustainable Future is now: a dynamic model to advance investments in PV and Energy Storage” (Becchetti, Solferino, Tessitore, 2025) propone modelos dinámicos que muestran cómo la inversión simultánea en energía fotovoltaica y almacenamiento es más eficaz, no solo para la producción de energía, sino también para minimizar el impacto medioambiental, ante la bajada de los costes de las baterías. Además, destaca que, en muchos casos, las políticas que apoyan el almacenamiento pueden tener un impacto más rápido en la reducción de las emisiones que las medidas fiscales, como los impuestos sobre el carbono, ya que abordan directamente el problema de la intermitencia.

“Global Renewables Watch: A Temporal Dataset of Solar and Wind Energy Derived from Satellite Imagery” proporciona datos actualizados e independientes sobre la construcción real de centrales solares fotovoltaicas y turbinas eólicas mediante imágenes satelitales: útil para verificar la velocidad de instalación, el tipo de suelo utilizado, la sustitución de los sistemas más antiguos, etc. Sirve como herramienta para la auditoría independiente y la transparencia.

Algunas cifras útiles para concretar. En el primer semestre de 2025, las inversiones globales en energías renovables crecieron un 10 % con respecto al mismo periodo de 2024, alcanzando unos 386 000 millones de dólares. China sigue siendo el mayor inversor en energía limpia: por ejemplo, en 2024 gastó alrededor de 625 000 millones de dólares en energía limpia, lo que representa el 31 % del total mundial. Lo mismo ocurre con los datos relativos a la instalación: la IRENA señala que en 2024 la capacidad renovable mundial añadida fue de 582 GW, y que la energía solar representó alrededor del 77,8 % de esa nueva capacidad.