Entre volcanes, viento y sabores del mar: viaje por los platos que cuentan las islas
Las Islas Canarias no son solo paisajes impresionantes y clima eterno: son un mosaico de sabores que cuentan su historia de encuentro entre Europa, África y América Latina. Cada isla tiene un alma culinaria distinta y recorrerlas significa realizar un viaje sensorial entre mar, montaña y tradición campesina.
Tenerife: entre gofio y pescado fresco
En Tenerife, la cocina se abre con el gofio, harina tostada de cereales antiguos que acompaña sopas, quesos y dulces. En los pequeños restaurantes de La Laguna o Garachico se puede degustar el potaje de berros, la sopa de berros que representa la esencia de la cocina campesina. En la costa, el pescado del día se sirve con papas arrugadas y mojo verde, la salsa de cilantro, ajo y aceite que huele a Atlántico.
Gran Canaria: quesos, miel y vinos volcánicos
En Gran Canaria el queso es protagonista. El Queso de Flor de Guía, producido con cuajo vegetal extraído de la flor de cardo silvestre, obtuvo la Denominación de Origen Protegida en 2007 y es considerado la joya gastronómica de Canarias. No hay que perderse tampoco la miel de Tajinaste y los vinos de las colinas de San Mateo, donde la vid crece sobre tierra volcánica regalando etiquetas intensas y minerales. En otoño, los mercadillos agrícolas de Teror y Santa Brígida ofrecen la ocasión perfecta para degustar productos locales y conocer a los productores.
Lanzarote y La Geria: el vino nacido de la lava
Pocos lugares en el mundo cuentan mejor el encuentro entre hombre y naturaleza que La Geria, el valle de los viñedos de Lanzarote. Aquí cada vid crece en una hondonada de ceniza negra protegida por muros semicirculares: un paisaje lunar donde nacen vinos blancos aromáticos, como la Malvasía Volcánica. Para acompañar con platos sencillos y refinados como el pescado a la sal o el queso asado con mojo.
La Palma y El Hierro: la cocina de la resiliencia
En La Palma, la isla "bonita", la cocina es un puente entre tradición y renacimiento. Después de la erupción de 2021, muchos agricultores han reconvertido las tierras en viñedos y huertos biológicos. Hay que probar el conejo en salmorejo (conejo marinado con especias y vino blanco) y los dulces de almendra artesanales. En El Hierro se saborea la pureza: pescado ahumado, papas locales y miel oscura, a menudo servidos en las tasquitas familiares con vista al océano.
Sabores que se convierten en cultura
Cada plato en Canarias es un relato de mar, viento y raíces. Los itinerarios enogastronómicos organizados por los Cabildos locales proponen visitas a bodegas, molinos y mercados históricos, con degustaciones que unen tradición y sostenibilidad. Una manera de descubrir que, en estas islas, la cocina no es solo gusto: es un lenguaje que habla de identidad, memoria y futuro.