Relatos y misterios del océano: cuando el folclore encuentra la historia
En cada parte del mundo, el otoño trae consigo un soplo de misterio: los días se acortan, la luz se vuelve dorada y las culturas se preparan, cada una a su manera, para recordar a quienes ya no están.
Halloween, Todos los Santos y el Día de los Muertos son tres rostros de una misma antigua necesidad humana: dialogar con el más allá y transformar el miedo en memoria, a través del relato, la fiesta y el rito.
En las Islas Canarias, este diálogo adquiere un color único.
Entre el aliento del océano y el silencio de los volcanes, la memoria de los antiguos guanches, los primeros habitantes del archipiélago, convive con las celebraciones modernas de Halloween, importadas desde América a través del cine y la cultura pop.
Aquí, la frontera entre el mundo de los vivos y el de los muertos no es aterradora: es porosa, como arena volcánica que deja filtrar historias, leyendas y espíritus benévolos.
Orígenes y mitos guanches: el alma de Canarias
Mucho antes de la conquista española del siglo XV, las Canarias estaban habitadas por los guanches, pueblos indígenas de probable origen protobereber, profundamente ligados a la naturaleza y a lo sagrado.
En su mito, Achamán era el dios del cielo, de la luz y de la creación; Guayota, el demonio del fuego, habitaba el volcán Teide.
La leyenda narra que Guayota aprisionó el sol en las entrañas del volcán, sumiendo al mundo en la oscuridad, hasta que Achamán lo liberó, encerrando para siempre al demonio en el cráter.
Cuando el Teide humea, se dice que es Guayota quien se agita, intentando volver a la superficie. Esta eterna lucha entre luz y oscuridad, entre bien y mal, resuena en el simbolismo mismo de Halloween: la noche en que el mundo visible y el invisible se rozan.
Aún hoy, en las zonas más rurales de Tenerife y La Palma, los ancianos cuentan estas historias junto al fuego, custodiando el vínculo entre naturaleza, memoria y sacralidad.
Tibicenas y otras figuras mitológicas
Entre los mitos más temidos figuran los Tibicenas, espíritus-perros negros de ojos rojos, guardianes de la oscuridad y protectores de las montañas sagradas.
Estas criaturas, mitad espíritus y mitad guardianes, representan las fuerzas salvajes de la naturaleza.
En algunas localidades aún se celebra la "suéltate del perro maldito", rito simbólico de liberación y purificación colectiva.
Como el Arcángel Miguel en la tradición cristiana vence al dragón, también los relatos de los guanches representan la victoria de la luz sobre las tinieblas.
El mito no asusta: educa, enseñando que cada sombra puede ser enfrentada y transformada en conocimiento.
Halloween en Canarias: tradición e innovación
Halloween llegó a Canarias solo en las últimas décadas, traído por el turismo británico y la influencia global de los medios. Pero, como suele ocurrir en las islas, las culturas se funden: la fiesta moderna se ha entrelazado con las celebraciones locales más antiguas, dando vida a un sincretismo fascinante.
El 31 de octubre, junto a máscaras y desfiles, se celebra aún la "Noche de los Finaos" o "Fiesta de los Difuntos".
Es una celebración familiar y comunitaria en la que los niños visitan las casas del pueblo preguntando «¿Hay santos?» a cambio de castañas, almendras y nueces, antiguas ofrendas a los difuntos.
Las familias se reúnen para contar historias de los antepasados, beber vino nuevo y comer dulces de temporada, en una atmósfera de memoria, calor y compartir.
En las escuelas y centros culturales, los talleres combinan mitos guanches, símbolos cristianos y tradiciones de Halloween, favoreciendo un diálogo entre pasado y presente y transmitiendo a las nuevas generaciones el valor de la continuidad cultural.
Tradiciones cristianas y populares en contraste
En Canarias, como en gran parte de España, Todos los Santos es un día de recogimiento: las familias visitan los cementerios, llevan flores y encienden velas por sus seres queridos.
Es un momento de silencio y oración, pero también de comunión con la memoria colectiva.
Junto a esta dimensión religiosa sobreviven los ritos populares, a menudo herencia de los cultos guanches: el fuego como purificación, el canto como invocación, el mar como vía de paso para las almas.
Halloween, más lúdico y moderno, se entrelaza con estos símbolos antiguos, creando una fusión única entre lo sagrado y lo profano, fe y fiesta.
Todas estas celebraciones otoñales comparten una raíz común: la relación entre vida y muerte.
Halloween: Sus raíces se hunden en la antigua fiesta celta de Samhain, que marcaba el regreso de los espíritus a la tierra. Hoy es un rito colectivo de luz, disfraces y juego, donde el miedo se exorciza de manera festiva.
Todos los Santos: La respuesta de la tradición cristiana, un día dedicado a la memoria, la oración y la celebración de la fe, que trae su luz para iluminar la oscuridad.
Día de los Muertos: En México, esta celebración transforma el recuerdo de la muerte en una explosión gozosa de música, colores y ofrendas de comida, en una verdadera danza con los espíritus.
En Canarias, estas tres almas conviven. El resultado es una celebración original y poética, que une la profundidad del culto a los muertos, la fiesta de la vida y la memoria del mito.
Curiosidades culturales
La leyenda de San Borondón
Una de las más antiguas leyendas canarias narra de una isla fantasma que aparece y desaparece entre las nieblas: San Borondón, símbolo de aquello que nunca es del todo visible pero continúa existiendo.
Un mito que hace eco del tema de Halloween: la línea sutil entre lo real y lo invisible.
El fuego como símbolo sagrado
En la Noche de los Finaos se encienden hogueras para calentar las almas y purificar los espacios. Es un gesto antiguo, que evoca las llamas de Samhain y las velas cristianas de Todos los Santos.
Comida y memoria
Almendras, higos secos, castañas y vino nuevo son los ingredientes de las celebraciones canarias: dones simbólicos de abundancia y vida que se ofrecen en memoria de los difuntos.
Sugerencias de viaje: entre mito y memoria
Tenerife – Tras las huellas de Guayota: Excursiones nocturnas al Teide ofrecen experiencias sugerentes para descubrir la leyenda del demonio del fuego y observar uno de los cielos más limpios del mundo.
Gran Canaria – La Noche de los Finaos: En los pueblos de Agaete, Teror y San Mateo, puedes participar en la fiesta tradicional con cantos populares, vino y castañas asadas.
La Palma – Las cuevas sagradas de los guanches: Visita los sitios arqueológicos de Belmaco o la Cueva de los Guanches para descubrir antiguos ritos de sepultura y momificación.
Santa Cruz de Tenerife – Halloween urbano: Desfiles y espectáculos teatrales reinterpretan las leyendas guanches en clave contemporánea, fusionando folclore y arte.
Consejo de atmósfera: En las noches de otoño siéntate cerca del mar o entre las rocas volcánicas y escucha el viento. Aquí, más que en otros lugares, la memoria se vuelve voz, y cada historia es una linterna encendida en la oscuridad.
En Canarias, Halloween es mucho más que una fiesta importada: es un rito del recuerdo y un puente entre mundos. Entre santos y espíritus, mar y volcán, la noche del 31 de octubre se llena de significados universales. No es el miedo lo que domina, sino la conciencia de la vida, la gratitud hacia quienes vinieron ante, y la belleza de un misterio que continúa respirando entre las olas del océano.