Hay algo especial en el ambiente de Canarias este primer fin de semana de diciembre. Quizás sea el contraste entre la inminente Navidad en el resto de Europa y el sol que aquí sigue calentando los días, o quizás sea la forma en que el archipiélago sabe mezclar su corazón más antiguo con la energía de quienes vienen de lejos para descubrirlo.
Sábado por la mañana en Santa Cruz: donde las manos crean historias
El Recinto Ferial de Santa Cruz de Tenerife se llena de voces, colores y aromas de madera y arcilla. Es la 41ª edición de la Feria de Artesanía, y este año 140 artesanos han traído lo mejor de sus talleres: cerámicas que parecen sacadas de otro siglo, tejidos hechos con paciencia, joyas que narran la tierra volcánica de donde nacen.
El sábado es el día perfecto para perderse entre los stands. Hay quienes demuestran en vivo cómo se moldea la arcilla, quienes trenzan hilos de palma con gestos que parecen una danza. Aquí no solo se compra un objeto, se lleva a casa un pedazo de tradición canaria. Y la entrada es gratuita, así que el tiempo es la única inversión requerida.
Consejo práctico: Detente a hablar con los artesanos. Muchos hablan inglés, algunos incluso italiano, y siempre tienen una historia que contar sobre su trabajo.
Tarde en Las Palmas: cuando el viento se convierte en espectáculo
A poco más de una hora de carretera (o de vuelo interno), Las Palmas de Gran Canaria vive su momento más vibrante. La Semaine Olympique Voile está a punto de concluir, y el fin de semana trae las regatas más esperadas. Las velas de colores se deslizan sobre el Atlántico, las tripulaciones internacionales se desafían mientras el público se instala a lo largo del paseo marítimo con una cerveza en la mano y los ojos fijos en el horizonte.
No hace falta ser un apasionado de la vela para quedar encantado. Hay algo hipnótico en ver esos barcos bailar con el viento, en sentir la energía de una ciudad que se transforma en un escenario al aire libre. Entre una tarde y otra, los bares del puerto se llenan de idiomas diferentes, risas y esa sensación de estar en el lugar y el momento adecuados.
Noche en el sur de Tenerife: cuando la noche se enciende
Desciende hacia el sur de la isla, donde Playa de las Américas y Los Cristianos han hecho de la vida nocturna su firma. Aquí, el sábado por la noche, puedes elegir entre dos almas distintas, pero igualmente intensas.
Está el MHT Drag Cena Espectáculo en Playa de las Américas, donde la cena se transforma en una explosión de disfraces brillantes, actuaciones que te hacen reír y aplaudir, y una energía inclusiva que te hace sentir parte de algo más grande. Es cabaret, es teatro, es pura alegría escénica.
O, a pocos kilómetros, está The Vault en Los Cristianos, donde los Medicine Men tocan rock en vivo en un local que huele a vieja escuela: paredes de piedra, cerveza fría, público internacional que canta al unísono. Menos lentejuelas, más guitarras. Las mismas ganas de hacer que la noche dure.
Por qué este fin de semana vale el viaje
Porque en 48 horas logras tocar todos los matices de Canarias. Por la mañana te ensucias las manos con la arcilla de un artesano, por la tarde miras las velas jugar con el océano, por la noche bailas bajo las luces de un espectáculo drag o cantas con desconocidos que se convierten en amigos frente a un escenario. Y todo esto sucede en diciembre, cuando en otros lugares se sacan los abrigos pesados y aquí todavía se camina en camiseta. No es una lista de cosas que hacer. Es una invitación a dejarse sorprender por un archipiélago que todavía sabe cómo hacerse recordar.