¿Y si en lugar de comprar una lavadora pudieras simplemente pagarla en cuotas mensuales, con mantenimiento incluido y cero preocupaciones cuando se rompe? Bienvenidos al mundo del Product-as-a-Service, el modelo que está revolucionando nuestra relación con los objetos del hogar.
El problema que no vemos
Cada año en Europa tiramos millones de electrodomésticos todavía funcionales o reparables. ¿El motivo? Cuesta menos comprar uno nuevo que arreglar el viejo. Una paradoja económica que genera montañas de residuos electrónicos y desperdicia recursos preciosos. La raíz del problema está en el modelo de negocio: las empresas ganan vendiendo, por lo que tienen poco interés en crear productos que realmente duren.
La revolución silenciosa
El Product-as-a-Service invierte esta lógica. Tú ya no compras la lavadora, el frigorífico o el escritorio: pagas su uso mensual. La empresa sigue siendo propietaria y se ocupa de todo lo demás: instalación, mantenimiento, reparaciones y al final de su vida útil recupera el producto para regenerarlo o reciclarlo.
Parece un simple alquiler, pero la diferencia es sustancial. Cuando la empresa mantiene la propiedad del producto durante años, su interés cambia radicalmente: conviene producir objetos que duren lo máximo posible, fácilmente reparables y actualizables. La obsolescencia programada se vuelve contraproducente.
¿Funciona realmente?
En Holanda, la empresa Bundles ofrece lavadoras en suscripción desde hace algunos años. ¿El resultado? Electrodomésticos diseñados para durar 20 años en lugar de los habituales 7-8, con componentes modulares sustituibles y software actualizable. La cuota mensual incluye todo: consumos energéticos optimizados, detergente ecológico, reparaciones inmediatas.
Incluso gigantes como Philips han adoptado este modelo en la iluminación comercial con "Light as a Service": las empresas pagan por la luz que usan, no por las lámparas. Philips tiene entonces todo el interés en instalar LED ultraeficientes y duraderos.
No solo medio ambiente
Las ventajas van más allá de la sostenibilidad. Para las familias significa ningún gasto imprevisto por averías, acceso a productos de calidad superior sin inversiones iniciales elevadas y libertad de cambiar cuando las necesidades cambian. Perfecto para estudiantes, nómadas digitaleso familias que atraviesan fases de vida diferentes.
Para las oficinas y espacios de coworking, el modelo es aún más sensato: mobiliario modular que se adapta a los equipos en crecimiento, sin inmovilizar capital en muebles que luego quedan sin usar.
Los desafíos culturales
Claro, hay una barrera psicológica que superar. Estamos acostumbrados a poseer las cosas, a sentirlas "nuestras". La idea de pagar para siempre algo que nunca será de nuestra propiedad puede parecer extraña. Pero ¿cuántos de nosotros "poseemos" realmente el smartphone, considerando que lo cambiamos cada 2-3 años? ¿O el coche, a menudo en leasing?
La verdadera pregunta es: ¿nos interesa poseer un frigorífico o tener alimentos frescos sin preocupaciones? ¿La función o el objeto?
El futuro ya está aquí
Algunos modelos híbridos están emergiendo: después de algunos años de alquiler puedes comprar el producto, sustituirlo con uno más reciente o devolverlo por un crédito. Lo mejor de ambos mundos.
IKEA está experimentando el alquiler de muebles en diversos países. Startups italianas están probando fórmulas similares para electrodomésticos premium y mobiliario de oficina. El sector es todavía de nicho, pero crece rápidamente.
La verdadera revolución sostenible no es comprar productos "eco-friendly", sino repensar completamente el modelo económico que nos empuja a comprar, tirar y recomprar. El Product-as-a-Service no es perfecto, pero indica una dirección: una economía donde la durabilidad se vuelve conveniente, la reparación es la norma,y el desperdicio es finalmente mal negocio.
Y tú, ¿estarías dispuesto a no poseer más tu lavadora?