Desperdicio Alimentario: El paradoja de la sobreproducción en un mundo que pasa hambre.

Scritto il 01/02/2025
da VivileCanarie ,

El fenómeno del desperdicio alimentario representa una de las contradicciones más grandes de nuestra época. Millones de personas sufren hambre e inseguridad alimentaria y, a pesar de ello, cada año una enorme cantidad de alimentos termina siendo desperdiciada.

Es un drama global que tiene consecuencias devastadoras en el medio ambiente, la economía y la sociedad. El año pasado y un nuevo análisis de los datos globales han sacado a la luz una situación alarmante, que revela un claro empeoramiento, a pesar de los esfuerzos a nivel internacional para contrarrestarlo. El Global Food Waste Index Report de las Naciones Unidas, publicado en 2023, ya lanzaba una señal de alarma: "aproximadamente un tercio de la producción alimentaria mundial termina en la basura".

Esto equivale a aproximadamente 1,3 mil millones de toneladas de comida desperdiciada cada año. Una cantidad que no solo alimenta la ineficiencia económica, sino que también tiene impactos negativos en el mundo en el que vivimos, contribuyendo a las emisiones de gases de efecto invernadero y agravando el cambio climático, un tema que hoy en día está muy discutido.

Sin embargo, a pesar de las dimensiones del problema, hay una realidad aún más cruel: el hambre sigue siendo una de las principales emergencias a nivel global. Las causas son muchas y van mucho más allá del comportamiento individual. Lo que estamos presenciando es el resultado de un sistema complejo y disfuncional que involucra a todos, desde la cadena productiva hasta la distribución y los consumidores. España es uno de los países europeos con las tasas de desperdicio más altas.

Según un informe del Observatorio de la Sostenibilidad, se desperdician aproximadamente 1,3 millones de toneladas de alimentos cada año, lo que equivale a casi 30 kilogramos por persona. Si nos adentramos un poco más en los detalles, podemos ver que el sector doméstico representa la principal causa de desperdicio, con aproximadamente el 42% del total, seguido por restaurantes y cadenas de distribución alimentaria. Pero, ¿cuáles son las principales causas de este problema? Sin duda, la sobreproducción.

Una industria alimentaria impulsada por la lógica del beneficio tiende a producir y distribuir cantidades de comida muy superiores a la demanda real, creando un excedente que termina siendo descartado una vez que ya no es comercializable.

Esto se relaciona con una gestión inadecuada de las fechas de caducidad del producto, lo que hace que lotes enteros de alimentos sean tirados incluso cuando aún serían perfectamente comestibles. Mucho más insidiosa es la visión estética impuesta sobre los alimentos. Frutas y verduras con imperfecciones o tamaños "no adecuados para la venta" son regularmente descartadas, a pesar de ser perfectamente aptas para el consumo humano.

Luego están los hábitos alimenticios incorrectos en casa, como la falta de planificación de las comidas, lo que reduciría al menos en parte el desperdicio. Al centrarnos en cifras y datos, la pregunta que surge es: ¿cómo es posible que, en un mundo donde el hambre y la desnutrición afectan a millones de personas, se desperdicie tanto de lo que producimos? Esto no es solo un fracaso económico y ambiental, sino una verdadera cuestión moral.

El desperdicio alimentario es un lujo que ya no podemos permitirnos, y es por eso que cada vez más personas en el mundo están acercándose al concepto de "zero waste" (cero residuos), un verdadero movimiento nacido para combatir este fenómeno. Las personas se comprometen a reducir su impacto ambiental mediante prácticas como el consumo consciente y la promoción de la economía circular. En el ámbito alimentario, el primer verdadero consejo que se da es eliminar de antemano la posibilidad de desperdiciar, prestando atención en el momento de hacer la compra: realizar compras prudentes y moderadas, vigilando las fechas de caducidad y no comprando más de lo que se necesita, para evitar tener que tirar alimentos sobrantes o caducados más tarde.

Si queda algo en el plato, lo ideal es no tirarlo, sino comerlo en la siguiente comida, o utilizarlo para cocinar algo más. Recientemente ha vuelto a estar de moda lo que hoy llamamos "cocina antisdesperdicio", tanto que en la web hay una gran cantidad de nuevos canales nacidos precisamente para recrear platos a partir de lo que ha sobrado de la comida anterior o utilizando partes de los alimentos que normalmente se descartan, como tallos de verduras, cáscaras o hojas.

La paradoja entre la necesidad de alimentos y su desperdicio nos interroga, y la respuesta parece ser siempre la misma: un pequeño gesto de cada individuo puede tener un enorme impacto en la colectividad. Así que, ¡espacio para la creatividad, menos desperdicio y buen provecho!