Mascotas y la vida como expatriado: Un desafío de afecto y responsabilidad

Scritto il 29/11/2024
da VivileCanarie

Encontrar una solución segura y confiable no siempre es sencillo. Muchas familias expatriadas destacan la dificultad de encontrar instalaciones adecuadas o personas de confianza capaces de ofrecer un entorno tranquilo para sus mascotas. Dejar a una mascota no significa únicamente garantizar que esté alimentada y cuidada físicamente, sino también velar por su bienestar emocional, una tarea que requiere sensibilidad y atención.  
En ausencia de opciones válidas, se corre el riesgo de recurrir a soluciones improvisadas: dejar al animal solo por largos periodos, confiarlo a conocidos sin experiencia o acudir a alojamientos no adecuados a sus necesidades específicas. Estas dificultades son especialmente sentidas en zonas con una alta concentración de expatriados, como las principales ciudades europeas, americanas o destinos turísticos, donde la demanda de servicios de calidad para animales está en constante crecimiento.  
Una respuesta concreta a esta necesidad proviene de proyectos como el de Chameli Amatori, quien en Santa Cruz de Tenerife ha creado Hotel Family Pet, una instalación dedicada al bienestar de las mascotas. Con amplios espacios, actividades de juego y un enfoque personalizado, el hotel ofrece una solución que no solo garantiza la seguridad de los animales, sino que también brinda tranquilidad a sus dueños.  
"Cada animal es tratado como un miembro de la familia," explica Chameli, "les ofrecemos un ambiente donde puedan sentirse como en casa, con atenciones que van más allá del simple cuidado físico."
Estas iniciativas demuestran lo importante que es reconocer el papel de las mascotas en la vida de quienes viven lejos de su tierra natal. Los animales no son simples compañeros, sino una parte integral de la familia, una fuente de consuelo y estabilidad. Garantizarles un entorno seguro y acogedor durante la ausencia de sus dueños no es solo una necesidad práctica, sino un acto de responsabilidad y amor. En este sentido, la confianza en quienes se encargan de su cuidado se convierte en el puente entre el deber y el deseo de ofrecerles siempre lo mejor.