Cuando pensamos en las Islas Canarias, lo primero que nos viene a la mente suele ser el sol, el mar y los paisajes volcánicos. Sin embargo, desde hace décadas hay otro elemento que late con fuerza en el corazón del archipiélago: el rugido de los motores. Aquí, el automovilismo no es solo un deporte, sino parte integrante de la identidad cultural y social.
La edición 2025 de ExpoDeca, la gran feria dedicada al deporte y la vida activa, ha decidido dar un amplio espacio a esta pasión. No solo stands, coches y trofeos: el objetivo es contar cómo el automovilismo canario se ha convertido en un fenómeno colectivo, capaz de unir generaciones y territorios.
Un fenómeno que va más allá de la pista
Desde espectaculares subidas como la Subida de Los Loros hasta rallies internacionales como el Islas Canarias, las competiciones del archipiélago siempre han tenido un sabor especial. No se trata solo de retos técnicos, sino de eventos que movilizan a comunidades enteras, transformando pequeños pueblos en teatros al aire libre.
Las calles se llenan de aficionados, las familias participan juntas, los niños crecen admirando a los campeones locales. El rally se convierte así en un rito colectivo, una fiesta popular que refuerza el vínculo entre el territorio y el deporte.
Tradición con mirada al futuro
Además de las competiciones históricas, ExpoDeca 2025 también quiere mostrar el lado innovador del automovilismo. Desde el Eco-Rally Canarias, que promueve los vehículos eléctricos y de bajas emisiones, hasta las nuevas tecnologías de seguridad y comunicación, el sector busca un equilibrio entre la pasión por la velocidad y la responsabilidad hacia el medio ambiente.
No faltan debates sobre temas de actualidad: el papel de la mujer en el automovilismo, las oportunidades de formación para los jóvenes pilotos, el impacto económico y turístico de las competiciones.
Más que un motor económico
El automovilismo genera ingresos, puestos de trabajo y visibilidad internacional para las Islas Canarias. Pero su verdadero valor reside en su capacidad para crear comunidad. Ya sea un mecánico que trabaja en el taller del pueblo, un joven aficionado que sueña con convertirse en copiloto o un turista que elige las islas para asistir a un rally, todos contribuyen a mantener viva esta tradición.
Un deporte para vivir juntos
ExpoDeca 2025 se convierte así en una ocasión no solo para celebrar a los campeones y los éxitos, sino también para recordar que el automovilismo canario está hecho de personas, emociones e historias. Es el rugido de un motor que resuena entre las montañas volcánicas, pero también el aplauso de una multitud que reconoce en este deporte una parte de su identidad.