Las Islas Canarias se están consolidando como laboratorio pionero de sostenibilidad, capaz de conjugar la protección del patrimonio natural con un desarrollo económico responsable. El archipiélago ha adoptado un enfoque holístico que entrelaza medio ambiente, turismo y energía, ganándose el reconocimiento de la UNESCO: cinco de las ocho islas – La Palma, Lanzarote, El Hierro, Fuerteventura y La Gomera – son hoy Reservas de la Biosfera. Un resultado que subraya la importancia ecológica del archipiélago y su compromiso concreto en la salvaguarda de ecosistemas únicos, ricos en especies endémicas.
El Plan de Acción para el clima 2022-2030
El Plan de Acción para el clima representa la hoja de ruta de Canarias hacia la neutralidad climática. Prevé la reducción del 50% de las emisiones vinculadas al sector turístico antes de 2030 y el logro del cero neto antes de 2050. El proyecto se fundamenta en varios ejes estratégicos: la medición sistemática de la huella de carbono mediante herramientas digitales, la realización de intervenciones de descarbonización respaldadas por servicios de consultoría y por un amplio catálogo de medidas para las empresas, y la regeneración activa de los ecosistemas degradados como forma de compensación y protección de la biodiversidad.
En la base de esta visión hay una colaboración extensa entre instituciones públicas, empresas, ciudadanos y visitantes, en un modelo de gobernanza compartida que hace de la sostenibilidad una responsabilidad colectiva. Fondos europeos y programas de incentivos alimentan la transición verde, financiando proyectos de eficiencia energética, economía circular y turismo sostenible. El objetivo es transformar todo el tejido económico y social, fortaleciendo la resiliencia climática del archipiélago y consolidando su liderazgo internacional.
Innovación energética: el caso de El Hierro
El Hierro es la primera isla del mundo en satisfacer su demanda energética exclusivamente con fuentes renovables gracias a un sistema híbrido que combina energía eólica e hidroeléctrica. Cuando sopla el viento, las turbinas generan electricidad y bombean agua a un embalse elevado; cuando amaina, el agua se libera produciendo nueva energía. Este mecanismo ha permitido reducir de manera significativa el consumo de petróleo y las emisiones de gases de efecto invernadero, protegiendo al mismo tiempo el medio ambiente natural de la isla.
Hoy El Hierro está invirtiendo también en energía solar, especialmente para respaldar las actividades agrícolas, dando un paso más hacia un desarrollo integrado y ecosostenible.
Turismo responsable y gestión del territorio
Paralelamente, Canarias está rediseñando su propio modelo turístico, orientándolo hacia prácticas de bajo impacto ambiental y políticas dirigidas a contener la urbanización costera que en el pasado había amenazado los paisajes naturales.
Gran Canaria, por ejemplo, obtuvo en 2024 la certificación internacional Biosphere Certified, reconocimiento que premia el compromiso por un turismo sostenible capaz de integrar protección ambiental, cohesión social y crecimiento económico. La isla ha introducido estrategias que van desde la reducción del impacto ambiental hasta el apoyo a la agricultura local, pasando por la formación de la comunidad y la adopción de prácticas empresariales más responsables. Más de 38 empresas ya han obtenido la certificación, apoyadas por una plataforma digital que les ayuda a gestionar y mejorar sus planes de sostenibilidad en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
La Gomera, también Reserva de la Biosfera UNESCO, se adhiere en cambio a la Carta Europea de Turismo Sostenible. La isla ha adoptado normativas ambientales rigurosas, incentivos para el turismo responsable y un plan de difusión de las energías renovables. Algunos establecimientos, como el Hotel Jardín Tecina, encarnan plenamente estos principios a través de prácticas diarias de ahorro energético, agricultura ecológica y gestión sostenible de los recursos.
Hacia una economía verde
La ambición de Canarias no se limita al turismo: el archipiélago quiere proponerse como modelo de economía verde para otras regiones insulares y costeras. Esto significa reducir el impacto ambiental pero también crear nuevas oportunidades laborales, atraer inversiones en tecnologías limpias y desarrollar innovaciones sostenibles.
Más allá del turismo
La estrategia de Canarias demuestra que la sostenibilidad no es una limitación al desarrollo, sino un motor de crecimiento más equitativo, resiliente y en armonía con el medio ambiente. Un mensaje que va más allá del Atlántico: si Canarias logra conciliar turismo y protección de la naturaleza, otros destinos en el mundo pueden seguir el mismo camino.

