Las Islas Canarias, célebres por el turismo y el clima suave, están asumiendo un papel cada vez más relevante en el panorama económico y geopolítico europeo. Situadas a menos de cien kilómetros de las costas africanas pero plenamente integradas en la Unión Europea, representan hoy una encrucijada natural entre Europa, África y América Latina.
En los últimos años el archipiélago ha sabido valorizar su propia posición geográfica a través de una estrategia con visión de futuro que apuesta por la logística, la sostenibilidad y la innovación. Los puertos de Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife están entre los más activos del Atlántico y constituyen nodos fundamentales para el tránsito de mercancías y contenedores. La eficiencia de las infraestructuras marítimas, unida a las conexiones directas con puertos africanos como Dakar, Casablanca y Nouakchott, ha transformado las Canarias en un verdadero hub logístico internacional.
El gobierno regional promueve las islas como “plataforma logística y comercial” gracias también a las ventajas fiscales de la Zona Especial Canaria, que favorece la inversión extranjera y la apertura de nuevas empresas. Este modelo ha atraído importantes operadores del transporte y de la logística, entre ellos el Grupo Rhenus, que ha contribuido a consolidar la red de conexiones entre la Península Ibérica y el archipiélago.
Los datos del Instituto Canario de Estadística muestran un crecimiento significativo de los intercambios: en 2022 las importaciones superaron los 21 mil millones de euros, con un aumento del 41% respecto al año anterior, mientras que las exportaciones alcanzaron los 4,2 mil millones, registrando un incremento del 48,8%.
Pero el papel de las Canarias no se limita al comercio. Cada vez más empresas europeas utilizan el archipiélago como base para sus proyectos en el continente africano, en particular en los sectores de la energía renovable, las construcciones y los servicios tecnológicos. Las islas, gracias a su experiencia en el desarrollo de instalaciones eólicas y solares, se han convertido en un laboratorio para soluciones sostenibles que luego se exportan hacia los países africanos.
El desafío principal sigue siendo el de conciliar crecimiento económico y tutela ambiental. El gobierno regional ha iniciado programas de transición energética y promoción del turismo sostenible, con el objetivo de reducir el impacto ambiental y valorizar el patrimonio natural. Las Canarias se están así transformando de simple destino turístico en un puente dinámico entre Europa y África, un territorio en el que innovación, cooperación y sostenibilidad se encuentran, demostrando que incluso una isla puede convertirse en el corazón pulsante de un futuro compartido.