En Canarias, el mar no es solo horizonte: es memoria, trabajo, devoción y comunidad. La pesca artesanal ha forjado un léxico cotidiano hecho de especies, estaciones, corrientes y técnicas transmitidas. En este contexto nacen y operan las cofradías de pescadores, corporaciones de derecho público que representan a los pescadores, tutelan sus intereses, funcionan como puente con las administraciones y coordinan iniciativas económicas y sociales del sector. La Federación Regional de Cofradías de Pescadores de Canarias (FRCPC), instituida en 2015, consolida esta red de representación a nivel insular, promoviendo transparencia, interlocución institucional y proyectos compartidos.
La identidad marinera canaria se refleja en el conocimiento tradicional: embarcaciones de pequeña escala, artes selectivos, salidas diarias y una pluralidad de artes de pesca (palangres, nasas, redes de enmalle, líneas, marisqueo). Un reciente cuaderno didáctico del Gobierno de Canarias reconstruye estos saberes: desde las barcas a los sistemas de orientación, del papel histórico de las mujeres a la relación con la fauna marina; como testimonio de una cultura laboriosa y atenta al equilibrio ecológico.
En cuanto a la biodiversidad, las flotas artesanales explotan un mosaico de hábitats que va desde la zona intermareal a los fondos profundos. Estudios científicos indican que, entre 2007 y 2018, la pesca artesanal canaria capturó aproximadamente 200 especies de peces, moluscos y crustáceos. Entre los recursos clave: pulpo común (Octopus vulgaris), sardina europea (Sardina pilchardus), caballas, espáridos demersales y, estacionalmente, listados y atunes capturados con técnicas “one-by-one” como el curricán de cacea, método de bajo impacto reconocido por su selectividad.
Mucho antes de la modernidad, a lo largo de las costas se practicaba la captura en los charcos (pozas naturales) y el embarbascado, técnica aborigen que utilizaba jugos vegetales (cardón, tabaiba amarga) para aturdir a los peces en los bajos fondos: hoy sobrevive como remembranza etnográfica en la Fiesta del Charco en La Aldea de San Nicolás (11 de septiembre), símbolo del vínculo ancestral entre comunidad y mar.
En el plano sociocultural, la devoción a la Virgen del Carmen, patrona de los marineros, renueva cada año el pacto simbólico entre pescadores y océano. Procesiones marítimas y bendiciones de las embarcaciones animan el calendario estival en muchas localidades, desde Santa Cruz de Tenerife a Playa Blanca (Yaiza, Lanzarote), con la participación directa de las cofradías y de toda la ciudadanía. La edición 2025 de Playa Blanca contó con más de 50 embarcaciones acompañando la imagen de la Virgen en el mar, en una celebración de fe, identidad y seguridad colectiva.
Voces del mar
“Nuestra fuerza está en el respeto a los tiempos del mar. Cada día se sale al alba y se regresa con lo que hace falta, sin desperdicios.” — José Luis Rodríguez, Cofradía de Pescadores de San Andrés (Tenerife)
Consumo responsable y seguridad
Elegir productos locales en los mercados o en los restaurantes adheridos a las cofradías apoya las economías insulares y reduce el impacto ambiental. Es útil comprobar etiquetas de procedencia (“Pesca Canaria”) y privilegiar especies no sobreexplotadas.
Para los visitantes, en los charcos naturales o a lo largo de los acantilados es fundamental respetar las zonas de pesca, evitar molestar a las especies protegidas y no recolectar organismos marinos.
Novedades noviembre–diciembre 2025
- XI Open Internacional Isla de Tenerife de Pesca Submarina (24–29 de noviembre)
- XXIX Jornadas Técnicas del Sector Pesquero, Celeiro (27–29 de noviembre)
- Feria de Artesanía de Canarias, Santa Cruz de Tenerife (3–8 de diciembre)
Las cofradías canarias encarnan un equilibrio entre cultura, trabajo y tutela del océano. Fortalecer redes e innovación significa proteger una historia viva, y garantizar futuro a las comunidades que cada día leen el mar.

