En 2025, las Islas Canarias se consolidan como laboratorio europeo de sostenibilidad social, demostrando que la transición ecológica y la competitividad económica no pueden prescindir de políticas de inclusión, cohesión y participación cívica. Las instituciones regionales han introducido un paquete articulado de medidas que ya está produciendo resultados tangibles en todo el archipiélago, redefiniendo el concepto mismo de desarrollo sostenible.
Los pilares de la intervención social
La acción del Gobierno de Canarias se articula en tres ejes estratégicos que responden a las principales fragilidades sociales del territorio:
Vivienda sostenible y derecho a la habitación: nuevos planes de vivienda social destinados a jóvenes parejas, familias de bajos ingresos y trabajadores precarios. No se trata solo de construir viviendas, sino de proyectar comunidades residenciales integradas, dotadas de espacios comunes, servicios de proximidad y criterios de eficiencia energética que reducen los costes de gestión para los habitantes.
Reinserción laboral y formación continua: programas dirigidos a migrantes, a desempleados de larga duración y a personas en salida de trayectorias de dificultad. El enfoque es el de la formación personalizada, con itinerarios que integran competencias técnicas, soft skills y acompañamiento psicológico, lo que aumenta significativamente las posibilidades de una reinserción estable en el mercado laboral.
Fortalecimiento del tercer sector: inversiones directas en las ONG locales que operan en los campos de la salud, la formación, la integración cultural y el apoyo a las franjas vulnerables. Estas organizaciones no son consideradas meros ejecutores de servicios, sino partners estratégicos en la construcción de redes de welfare territorial.
Los números de la transformación
Los datos difundidos por el Gobierno de Canarias en 2025 reflejan el alcance concreto de estas políticas:
- Más de 12.000 ciudadanos beneficiarios directos de los programas de inclusión social
- 150 asociaciones involucradas activamente en la proyección y gestión de las intervenciones
- +20% de participación cívica respecto al año anterior, medida a través de indicadores como el voluntariado activo, la participación en consultas públicas y la adhesión a proyectos comunitarios
Números que testimonian no solo la eficacia operativa de las medidas, sino también un cambio cultural profundo: el crecimiento de la participación cívica indica que los ciudadanos se sienten cada vez más protagonistas, no simples destinatarios pasivos de políticas asistenciales.
"Hemos elegido invertir en el capital humano. La sostenibilidad es social o no es," declara la responsable del Departamento de Cohesión Social, sintetizando la filosofía que inspira la acción regional.
Gobernanza participada: el método canario
Lo que hace el modelo canario particularmente significativo es el método de gobernanza. Las políticas sociales no se imponen desde arriba, sino que se co-proyectan mediante una colaboración estructural entre instituciones regionales, Cabildos (los consejos insulares que representan las distintas islas), organizaciones de la sociedad civil y la ciudadanía activa.
Este enfoque participado permite:
- Interceptar las necesidades reales de las comunidades locales
- Adaptar las intervenciones a las especificidades territoriales de cada isla
- Construir un sentido de ownership colectiva sobre los proyectos, aumentando su eficacia y sostenibilidad en el tiempo
- Generar innovación social desde abajo, valorizando las competencias y los recursos ya presentes en el territorio
Jóvenes en el centro: Canarias Participa e Islas Inclusivas 2030
Una atención particular está dedicada a las nuevas generaciones, consideradas no como una categoría frágil a asistir, sino como un recurso estratégico para la construcción del futuro del archipiélago. Dos programas representan el corazón de esta estrategia:
Canarias Participa: plataforma que promueve el voluntariado juvenil, la participación en proyectos de comunidad y la educación cívica activa. El objetivo es formar ciudadanos conscientes, capaces de identificar las necesidades sociales y de contribuir concretamente a su satisfacción.
Islas Inclusivas 2030: programa de largo plazo que integra políticas educativas, culturales y sociales para construir comunidades más cohesionadas, inclusivas y solidarias. No se trata de un simple eslogan, sino de un cuadro estratégico compartido que orienta las inversiones públicas, las prioridades formativas y las políticas de welfare.
De las periferias al centro: un nuevo posicionamiento europeo
Esta visión transforma Canarias en un ejemplo concreto de una sociedad resiliente, capaz de integrar sostenibilidad ambiental, crecimiento económico y bienestar humano en un modelo coherente y replicable.
El archipiélago demuestra que la sostenibilidad social no es un coste, sino una inversión estratégica: comunidades más cohesionadas son más productivas, más innovadoras, más capaces de atraer talentos e inversiones. La calidad de las relaciones sociales se convierte en un factor competitivo.
Canarias mira a Europa no ya como periferia geográfica —islas lejanas de los centros de decisión continentales—, sino como centro de experimentación de un futuro compartido, equitativo y solidario. Un laboratorio social que podría inspirar a otras regiones europeas en la construcción de modelos de desarrollo en los que la competitividad económica y la justicia social no estén en contradicción, sino que sean elementos complementarios de una misma estrategia.
En una época en que las desigualdades amenazan la cohesión de las sociedades democráticas, la experiencia canaria indica una vía posible: invertir en las personas, valorizar la participación, construir comunidades donde nadie quede atrás. No utopía, sino política concreta, medible en números y visible en la vida cotidiana de las islas.

