El futuro de Canarias se juega en la formación. Tras años de fuga de talentos y precariedad laboral, el archipiélago ha decidido invertir con decisión en la educación digital, la investigación y la formación técnica para construir una economía estable, moderna y arraigada en el territorio.
El objetivo es crear una generación capaz de innovar sin tener que emigrar, de conjugar competencias globales e identidad local, en un modelo educativo que mira al futuro sin olvidar las raíces. Un cambio de paradigma necesario para revertir décadas de dependencia económica y construir una autonomía basada en el conocimiento.
Escuela e innovación
El plan Canarias Educa 2026 es el núcleo de esta transformación cultural. El programa integra competencias digitales, creatividad y sostenibilidad ambiental en todos los ciclos escolares, desde la escuela primaria hasta la universidad, con una inversión total de más de 80 millones de euros.
Desde 2025, más de 300 escuelas del archipiélago están equipadas con laboratorios de robótica, impresión 3D, inteligencia artificial y programación, creando un ecosistema educativo que acerca a los jóvenes al mundo de la tecnología y la empresa. Los docentes reciben formación continua para acompañar este salto cualitativo.
Las universidades de La Laguna y Las Palmas, en colaboración con empresas del sector tecnológico, ofrecen nuevos cursos profesionalizantes en energías renovables, turismo digital, análisis de datos y gestión ambiental. Gracias a estos programas, aumenta el número de estudiantes que eligen quedarse o volver a las islas, contribuyendo al desarrollo local con competencias de valor europeo y reduciendo el fenómeno de la "fuga de cerebros" que ha empobrecido el tejido social durante generaciones.
Formación técnica y empleos verdes
La formación profesional es una prioridad estratégica para diversificar la economía y reducir el desempleo juvenil, que aún supera el 25% en algunas zonas del archipiélago. El Fondo Social Europeo Plus (FSE+) apoya itinerarios dirigidos a jóvenes ninis y desempleados en el sector ambiental, turístico y tecnológico.
Proyectos como Green Skills Canarias y Atlántico Digital Academy preparan perfiles profesionales cada vez más demandados: técnicos de instalaciones fotovoltaicas, expertos en eficiencia energética, analistas de datos, operadores de movilidad inteligente y mantenedores de infraestructuras sostenibles. Según el Cabildo de Tenerife, en 2025 más de 6.000 jóvenes han encontrado trabajo estable gracias a los cursos de formación dual.
Paralelamente, iniciativas de economía azul y agricultura regenerativa forman nuevos profesionales capaces de valorizar los recursos marinos y terrestres respetando el medio ambiente, recuperando saberes tradicionales e innovando las prácticas productivas.
Inclusión y nuevas generaciones
La formación es también instrumento de inclusión social. Canarias promueve un modelo educativo que integra diversidad cultural y oportunidades para todos, reconociendo en la pluralidad un recurso fundamental.
En Gran Canaria, el proyecto Talento Atlántico involucra a jóvenes migrantes y refugiados en cursos de lengua, informática y comunicación digital, ofreciéndoles una perspectiva de inserción estable. «Queremos un futuro construido juntos, donde cada joven pueda sentirse parte activa de la comunidad», afirma Lucía Pérez, coordinadora del programa.
En las islas más pequeñas, como El Hierro y La Gomera, centros de formación ambiental y talleres de educación en energía solar promueven la ciudadanía ecológica y el conocimiento del territorio. El archipiélago se está transformando en un campus difuso, una escuela abierta donde innovación, naturaleza y solidaridad se entrelazan cotidianamente.
De la formación al territorio
El valor de la formación va más allá del crecimiento económico: es una inversión cívica, cultural y humana. Educar a los jóvenes significa reforzar el vínculo con la propia tierra, transmitir valores de responsabilidad y comunidad, y construir una visión compartida del futuro.
El Gobierno de Canarias promueve proyectos de aprendizaje-servicio y educación ambiental participativa, que unen escuela, empresas y voluntariado. Cada iniciativa formativa se convierte así en una pieza del nuevo modelo de desarrollo insular: sostenible, inclusivo y conectado con el mundo.
Canarias mira hacia 2030 con confianza y con una generación preparada, tecnológica y consciente de su papel en el cambio. Una educación que no forma solo trabajadores, sino ciudadanos: mentes curiosas y corazones arraigados, listos para construir el archipiélago del futuro.

