La paradoja de las migraciones: por qué el desarrollo económico aumenta la emigración

Scritto il 07/12/2025
da Caterina Chiarelli

Durante décadas, los gobiernos han invertido miles de millones en ayuda al desarrollo, sosteniendo una tesis convincente: ayudar a los países menos desarrollados a prosperar evitará que sus ciudadanos emigren. Es un concepto intuitivo, políticamente atractivo y, según un análisis innovador que incluye a 99 países en desarrollo, totalmente erróneo.

La Sabiduría Convencional es Errónea

La lógica parece inatacable: si las personas migran para escapar de la pobreza, reducir la pobreza debería reducir la migración. Los gobiernos occidentales han abrazado con entusiasmo esta narrativa, presentando la ayuda exterior como una herramienta para abordar las "causas profundas de la migración". Pero la realidad cuenta otra historia.

Los países que han crecido de manera sostenida desde niveles de ingresos bajos (como Malí o Afganistán) hasta el rango de ingresos medio-alto (como Colombia o Turquía) han visto cómo sus tasas de emigración casi se triplican en promedio. El patrón es sorprendentemente consistente: la emigración aumenta constantemente a medida que los países se desarrollan, alcanzando generalmente su pico cuando el PIB per cápita se sitúa en torno a los 10.000 dólares.

¿Quién Emigra Realmente?

Una investigación que analiza datos de encuestas de 653.613 adultos en el mundo en desarrollo revela un patrón sorprendente. Las personas que están planeando concretamente la emigración no son las más pobres; por el contrario, son más solventes que sus vecinos. En los países de bajos ingresos, quienes están haciendo planes concretos para irse tienen un ingreso aproximadamente un 30% superior al resto; de esta brecha, el 14% se explica por la educación y las habilidades, y el 12% por cualidades más difíciles de medir, como el talento o la ambición.

Desde un punto de vista económico, esto tiene sentido si se considera la migración como una inversión. Trasladarse al extranjero requiere altos costos iniciales: gastos de viaje, tasas consulares, el costo de oportunidad de dejar un trabajo y el riesgo de fracaso. Al igual que la educación universitaria, es una inversión que las personas más pobres simplemente no pueden permitirse, por mucho que lo deseen.

El Giro de la Paradoja de Simpson

Y aquí está la parte fascinante. Dentro de un solo grupo, por ejemplo, personas con solo educación primaria, un aumento del ingreso puede reducir ligeramente la emigración. Pero a medida que los países se desarrollan, sucede algo más poderoso: más personas alcanzan la educación secundaria y superior. Y estos grupos, mejor educados, muestran tasas de emigración consistentemente más altas.

El efecto general invierte completamente la perspectiva. El desarrollo económico no solo hace que los individuos estén ligeramente menos inclinados a migrar dentro de su rango educativo, sino que modifica profundamente la composición demográfica a favor de grupos mucho más propensos a la emigración. Los estadísticos llaman a este fenómeno la "paradoja de Simpson": una tendencia que aparece en varios subgrupos se invierte cuando dichos grupos se combinan.

Qué Significa Esto para las Políticas Públicas

Las implicaciones para los responsables políticos son profundas e incómodas. Los miles de millones gastados en ayuda al desarrollo para reducir la migración podrían lograr el efecto contrario a corto y medio plazo. Esto no significa que el desarrollo sea negativo, sino que implica la necesidad de discutir seriamente las políticas migratorias, desvinculándolas de la ficción de que la ayuda mantendrá a la gente en casa.

La investigación también cuestiona la narrativa de la "fuga de cerebros". Si bien la emigración de personas cualificadas de los países pobres es real, el desarrollo genera más trabajadores cualificados en general, incluso si algunos de ellos optan por irse. La pregunta no es si promover el desarrollo para prevenir la migración, sino cómo maximizar los beneficios tanto del desarrollo como de la migración para los países de origen.

Para países como el Reino Unido, inmersos en continuos debates sobre la migración, esta investigación ofrece una dosis de realismo: a medida que el mundo en desarrollo prospere, las presiones migratorias probablemente aumentarán antes de disminuir. El ciclo de vida de la emigración sugiere, de hecho, que solo cuando los países alcanzan niveles de ingresos altos, las tasas de emigración comienzan a descender.

La evidencia es clara: podemos promover el desarrollo o podemos reducir la emigración de los países pobres, pero difícilmente podemos hacer ambas cosas simultáneamente. Cuanto antes los responsables políticos acepten esta incómoda verdad, antes podremos diseñar políticas que trabajen con la realidad económica, en lugar de contra ella.

Fuentes