El Belén de Arena: cuando la Navidad toma forma en la arena

Scritto il 18/12/2025
da Redacción

Las Palmas de Gran Canaria – Cada diciembre, en la playa de Las Canteras, sucede algo extraordinario. La arena, modelada por el viento y el océano, se convierte en materia de arte y da vida al Belén de Arena, un belén monumental que transforma el litoral en una galería al aire libre. Un evento capaz de atraer cada año a más de 170.000 visitantes, convirtiéndose en uno de los espacios culturales más frecuentados de toda España en el período navideño.

Un coloso efímero sobre el mar

El Belén de Arena impresiona incluso antes de ser observado en detalle. Para realizarlo se utilizan aproximadamente 2.000 toneladas de arena, compactadas en enormes bloques que permiten la creación de esculturas de hasta seis metros de altura y más de doce de longitud.

Trabajan en este gigante efímero diez artistas internacionales, procedentes de cinco continentes, que completan la obra en apenas 8-10 días de trabajo intenso. Desde 2006, el belén ha superado los tres millones de visitantes, confirmándose como uno de los eventos navideños más icónicos de Canarias.

De una apuesta a una tradición

La historia del Belén de Arena nace casi por juego. A finales de los años 80, el escultor canario Etual Ojeda apostó con un amigo que lograría esculpir figuras en la arena de la playa de Las Canteras. Aquella apuesta se transformó pronto en una pasión, hasta convertirse, en 2006, en un proyecto oficial.

El primer año el belén atrajo a 180.000 visitantes en un solo mes. Desde entonces, el éxito no se ha detenido.

Detrás de las escenas de una obra monumental

La construcción del Belén de Arena es un proceso complejo y fascinante.

Primero se prepara el espacio en la playa, un trabajo que requiere aproximadamente tres semanas. La arena se comprime después con técnicas innovadoras en grandes bloques cúbicos, capaces de resistir el viento y la humedad atlántica.

Los artistas esculpen simultáneamente las diferentes escenas con una precisión casi milimétrica, mientras tratamientos protectores especiales garantizan la estabilidad de las obras hasta la Epifanía.

Edición 2024/2025: Gran Canaria como protagonista

La 20ª edición del Belén de Arena rinde homenaje a Gran Canaria y al pintor Néstor Martín-Fernández de la Torre, a través de nueve escenas monumentales que unen el relato de la Natividad con la cultura local.

Entre las obras destacan una Natividad reinterpretada en clave canaria, los pescadores y su vínculo con el océano, los Reyes Magos en camino hacia Belén y rincones inspirados en los barrios históricos de Las Palmas y en la vida cotidiana de la isla.

Participan artistas procedentes de Estados Unidos, Canadá, Australia, Irlanda, Nueva Zelanda y España, entre ellos el propio Etual Ojeda, considerado uno de los más grandes escultores de arena del mundo.

Un belén que hace el bien

El Belén de Arena es también un proyecto profundamente solidario. La entrada es gratuita, pero desde 2006 los visitantes han donado espontáneamente más de 273.000 euros, destinados íntegramente a los comedores sociales de Las Palmas.

Este compromiso ha valido al evento importantes reconocimientos culturales y sociales, convirtiéndolo en un ejemplo concreto de cómo el arte puede tener un impacto real en la comunidad.

Sostenibilidad e inclusividad

La edición 2024 marca un paso adelante adicional: el Belén de Arena es de hecho 100% sostenible, alimentado por paneles solares y diseñado con particular atención a la accesibilidad. Audioguías para personas con discapacidad visual, pasarelas accesibles y un estudio sobre la huella de carbono hacen que la experiencia sea verdaderamente inclusiva.

Un evento conocido en todo el mundo

A lo largo de los años, el belén de arena de Las Palmas ha atraído la atención de los principales medios internacionales, desde CNN hasta National Geographic, e incluso ha sido celebrado con un sello oficial español. Un éxito que demuestra cómo un arte efímero puede dejar una huella duradera.

La belleza que no dura para siempre

Después de la Epifanía, las esculturas se desmantelan y la arena vuelve a la playa. Es precisamente aquí donde reside el encanto del Belén de Arena: un arte que acepta no ser eterno, pero que por eso se vuelve aún más precioso.