Over-tourism 2025: las ciudades que han dicho 'basta' (y cómo)

Scritto il 30/12/2025
da Caterina Chiarelli

El verano de 2024 marcó un punto de inflexión: desde Barcelona a Venecia, desde Ámsterdam a Kioto, las ciudades más visitadas del mundo ya no piden turistas, sino que los rechazan activamente. Manifestaciones contra los visitantes, entradas obligatorias, prohibiciones de construcción de nuevos hoteles: el turismo de masas se ha convertido oficialmente en un problema que gestionar, no en un recurso que incrementar a toda costa. Con las previsiones que indican nuevos récords de llegadas, el fenómeno del over-tourism está obligando a administraciones y gobiernos a repensar radicalmente el modelo turístico europeo.

Venecia, Ámsterdam, Barcelona: estrategias diferentes

Tres ciudades símbolo, tres enfoques diferentes para la misma emergencia. Venecia ha elegido el camino de la entrada de acceso: desde 2024 los visitantes diarios deben pagar para acceder al centro histórico en determinadas jornadas del año. La medida se ha reforzado en 2025: las jornadas de pago han aumentado de 29 a 54 (concentradas entre abril y julio), el precio se ha duplicado a 10 euros para quien reserva en el último momento, mientras se mantiene en 5 euros para quien reserva con al menos cuatro días de antelación. En 2026 se llegará a 60 jornadas de aplicación.

El sistema funciona mediante una plataforma digital que genera un código QR nominativo que hay que mostrar en los controles. El objetivo declarado no es recaudar, al contrario, la operación le cuesta al Ayuntamiento más de lo que recauda, sino desincentivar el turismo "come y corre" que invade la ciudad durante pocas horas dejando basura y congestión sin generar un verdadero beneficio económico. Están exentos del pago los residentes en el Véneto, quienes se alojan en estructuras receptivas (pagando ya la tasa turística), estudiantes, trabajadores y propietarios de inmuebles. Complementario a la entrada, Venecia ha introducido la prohibición para los megacruceros en el centro histórico y limitado los grupos turísticos a un máximo de 25 personas con prohibición de megáfonos para los guías.

Ámsterdam ha elegido una estrategia aún más radical: bloquear la expansión de la oferta turística. Desde 2024 la ciudad ha prohibido la construcción de nuevos hoteles, con el objetivo de mantener las pernoctaciones anuales alrededor de los 20 millones. Será posible abrir nuevos hoteles solo en sustitución de los existentes, privilegiando estructuras más sostenibles y localizadas fuera del centro histórico. La tasa turística se ha aumentado del 7% al 12,5%, entre las más altas de Europa.

Pero las medidas más visibles se refieren al comportamiento de los turistas. El barrio rojo ha visto anticipar los horarios de cierre de los locales, está prohibido fumar marihuana en la calle, y se han lanzado campañas en redes sociales para desalentar a los "feestbeest": los turistas en busca de excesos, despedidas de soltero, pub crawl y fines de semana transgresores. Vallas publicitarias, de hecho, advierten sobre los riesgos del abuso de alcohol y drogas, en línea con el objetivo de la alcaldesa Femke Halsema de impedir que Ámsterdam siga siendo vista como un lugar donde "tomarse unas vacaciones de la moral".

Barcelona, que con 14 millones de turistas anuales hospeda casi nueve veces su población residente, ha apostado por la reconquista del espacio urbano para los ciudadanos. Una de las medidas más concretas ha sido la eliminación de los mapas online de una línea de autobús que conecta el centro con el Parc Güell: el medio estaba constantemente asaltado por turistas, haciendo imposible a los residentes utilizarlo. Ha funcionado: el autobús ha vuelto a ser un instrumento de movilidad local.

La ciudad también ha bloqueado la construcción de nuevos hoteles en el centro, trasladado una terminal de cruceros a la periferia e introducido restricciones severas sobre los alquileres de corta duración. En 2026 entrarán en vigor prohibiciones de alquileres breves en 43 barrios donde los anuncios de Airbnb superan el 8% del stock habitacional. Las protestas de los residentes se han vuelto frecuentes e incluso violentas: en el verano de 2024 manifestantes usaron "pistolas de agua" contra los turistas en los barrios más afectados por el fenómeno.

Sistemas de reserva y entradas de acceso

El modelo veneciano de la entrada de acceso podría hacer escuela. Otras ciudades italianas como Florencia y Roma están evaluando medidas similares, aunque con enfoques diferentes. Florencia ha prohibido desde 2026 las terrazas (espacios exteriores para la restauración) en 50 calles de la zona UNESCO, incluidos lugares icónicos como el Ponte Vecchio y la Piazzale degli Uffizi. Están previstas multas hasta 750 euros por vestimenta inapropiada, abandono de basura y violaciones con patinetes eléctricos.

La Acrópolis de Atenas introdujo a mediados de 2024 un número cerrado de 20.000 visitantes diarios, con reserva obligatoria y acceso escalonado por franjas horarias. El sistema ha funcionado tan bien que se extenderá a otros 25 sitios arqueológicos de Grecia. El Louvre de París tiene un número cerrado de 30.000 entradas al día, pero las colas siguen siendo largas a cualquier hora.

Santiago de Compostela, en España, está planificando la introducción de una tasa turística y controles sobre el número de visitantes en el centro histórico, que acoge 300.000 peregrinos al año. En Francia se ha presentado un plan nacional para regular los flujos turísticos y apoyar a las autoridades locales que enfrentan una afluencia excesiva de visitantes.

El sistema europeo de entrada/salida (EES), iniciado gradualmente en octubre de 2025 y plenamente operativo para abril de 2026, introduce controles biométricos en las fronteras Schengen con registro de huellas dactilares y fotos. El ETIAS (autorización electrónica de viaje) entrará en vigor en el último trimestre de 2026, exigiendo a ciudadanos de EE.UU., Canadá, Australia, Japón y otros 60 países solicitar una autorización antes de entrar en Europa, incluso para estancias breves.

¿Funciona realmente?

La pregunta crucial es: ¿estas medidas están produciendo resultados concretos o son solo operaciones de fachada? Las evaluaciones son contradictorias. En Venecia, la primera fase de experimentación de la entrada en 2024 mostró resultados ambiguos: los flujos turísticos no disminuyeron significativamente, pero la administración reivindica un mejor control y monitoreo de los accesos. La duplicación de las jornadas y del precio en 2025 pretende obtener efectos más incisivos.

En Ámsterdam, la prohibición de nuevos hoteles se considera más simbólica que sustancial: como ha explicado Ko Koens, docente de Urban Tourism en la Inholland University, la política de la ciudad ya era muy restrictiva y mientras el aeropuerto de Schiphol siga siendo un importante hub europeo será difícil mantener a los visitantes alejados de la ciudad. El riesgo concreto es que el bloqueo edilicio lleve simplemente a un aumento de los precios de las habitaciones, haciendo la ciudad aún más elitista.

En Atenas el número cerrado de la Acrópolis ha funcionado mejor de lo esperado, tanto como para justificar su extensión a otros sitios. La reserva obligatoria distribuye mejor los flujos durante el día y elimina las colas interminables que enervaban a visitantes y operadores. Sin embargo, este sistema funciona bien para atracciones únicas y bien delimitadas, pero es difícil de aplicar a centros urbanos enteros.

Un problema de fondo permanece sin resolver: muchas de estas medidas corren el riesgo de seleccionar a los turistas por capacidad económica en lugar de por calidad de la visita. Subir los precios o introducir entradas de acceso puede simplemente transformar el turismo de masas en turismo de élite, sin resolver los problemas de sostenibilidad ambiental y social.

Qué ciudades seguirán en 2026

Las previsiones para 2026 indican que otras destinaciones europeas adoptarán medidas restrictivas. Nápoles, que ha visto una explosión de popularidad en los últimos años, enfrenta dinámicas similares a Barcelona: barrios históricos transformados en dormitorios para turistas, alquileres inaccesibles para los residentes, calles congestionadas. También Florencia y Roma, ya bajo presión, probablemente tendrán que introducir nuevos límites.

A nivel europeo, la Comisión está trabajando en una Estrategia Europea para el Turismo que debería presentarse en 2026. El Comisario para los transportes y el turismo sostenible, Apostolos Tzitzikostas, ha subrayado la importancia de "acciones conjuntas entre los Países miembros hacia un turismo más sostenible y consciente". El Banco Europeo de Inversiones ha lanzado un plan de 10.000 millones de euros para la crisis habitacional, reconociendo implícitamente el papel de los alquileres turísticos en la transformación del mercado inmobiliario.

Algunas ciudades están experimentando la "tarificación dinámica", un sistema en el que los precios varían según la demanda: visitar una ciudad en temporada alta costaría más, mientras que quienes eligen períodos menos concurridos se beneficiarían de tarifas reducidas. Otras apuestan por la promoción de "destination dupes": lugares alternativos menos conocidos, pero igualmente fascinantes, para redistribuir los flujos.

El turismo global ha recuperado el 95% de los niveles pre-pandémicos, con 747 millones de llegadas a Europa en 2024 frente a los 416 millones de 2005. Entre 2019 y 2024, Portugal, España y Francia registraron incrementos respectivamente del 18,1%, 12,3% y 12,2%. Números que testimonian un crecimiento imparable pero cada vez más insostenible para las ciudades que lo sufren.

El 2025 se perfila como el año del ajuste de cuentas: las ciudades europeas tendrán que elegir si seguir persiguiendo números cada vez más altos de visitantes o repensar radicalmente el modelo turístico, privilegiando la calidad sobre la cantidad, la sostenibilidad sobre el beneficio inmediato, la habitabilidad de los residentes sobre el atractivo para los turistas. Porque un paraíso turístico que se convierte en un infierno para quien vive en él es una contradicción que no puede durar mucho tiempo.

Fuentes

  • Veneto.info, "Biglietto di ingresso a Venezia nel 2025", julio 2025

  • NSS Magazine, "Turismo di massa: Barcellona, Amsterdam e i biglietto ingresso Venezia"

  • Booking Blog, "Le nuove misure per contenere l'over tourism", abril 2024

  • Eco Internazionale, "L'overtourism porta al collasso le città, ecco alcuni esempi aberranti", diciembre 2024

  • Qualitytravel.it, "Venezia, come funziona il ticket di ingresso: calendario 2025 e come prenotare", noviembre 2025

  • Euronews, "Venezia: aumenta a 10 euro il ticket d'ingresso per i turisti nel 2025", octubre 2024

  • DivertiViaggio, "Venezia su prenotazione e a pagamento? Contributo d'accesso 2026", noviembre 2025

  • Moveo Telepass, "Ticket Venezia 2025: date, costi e chi deve pagare", abril 2025

  • ParkingMyCar, "Ticket per entrare a Venezia: cosa cambia dal 2025", octubre 2025

  • Venice Visit Pass, "Contributo di Accesso a Venezia 2025: Prezzo, date e...", noviembre 2025

  • Euractiv Italia, "Da risorsa strategica a problema per la popolazione locale: il turismo di massa stravolge le città europee", junio 2025

  • Europa.tips, "L'Europa del 2026 non è più la stessa: Impronte digitali, ticket d'ingresso e divieti", diciembre 2024

  • Policy Maker, "Overtourism, cosa è e cosa ci dice il rapporto delle Nazioni Unite", agosto 2025

  • Travel And Tour World, "Sustainable Travel in Europe: How Overtourism in 2026 is Shaping Smarter Tourism Choices", diciembre 2025

  • Locazione Turistica, "Estate 2025, Europa tra proteste e overtourism", mayo 2025

  • CityNext, "Overtourism: un problema per tante città", enero 2024